Los niños se han ganado partido a partido una categoría que tienen que defender en jornadas venideras. Hoy, visto lo visto, lo certificaron (15-48) y demostraron que aquello del último partido no fue flor de un día ni un espejismo. Su juego volvió a ser hoy brillante, propio de equipos más experimentados. Que niños con menos minutos sean capaces de tomar iniciativas positivas y que aquellos más avezados sepan contar con los que menos aportan dice mucho en favor del grupo. Estas maneras que se les ven y ya se les presuponían alegran a nuestra parroquia y dejan boquiabiertos a los que no conocen al equipo. Pero no hay que dormirse en los laureles... otros intentarán la sorpresa. Hay que seguir entrenando y aprendiendo y perfeccionando formas y maneras. Ánimo y a mantener esta línea.